[elementor-template id="5531"]

La desnacionalización estratégica: las nuevas amenazas para la integridad y el rol de las Fuerzas Armadas

Nilda Garré*

Publicado originalmente em El Cohete a la Luna

Dada la situación del sistema internacional con el debilitamiento relativo de Estados Unidos, el crecimiento de China, la aparición de nuevos polos de poder y de importantes actores globales, los riesgos de belicismo aparecen como posibles. Desde el interés nacional es evidente la importancia de adoptar una neutralidad activa que permita afrontar las presiones que se producirán.

En las dos primeras décadas del siglo XXI, en un momento histórico favorable desde el punto de vista de la homogeneidad ideológica de los gobiernos  sudamericanos, un sector importante de ellos siguió el camino de la cooperación estratégica.

Así se creó en el seno de UNASUR el Consejo de Defensa Sudamericano (CDS) donde se conformó  un ámbito que buscaba la unidad doctrinaria de las FFAA de esos países y los necesarios cambios en la formación y educación de las mismas para erradicar los principios de la seguridad nacional en los que se habían formado por imposición del hegemón que durante la Guerra Fría impulsó el comunismo como enemigo a combatir y, una vez desmembrada la URSS, lo reemplazó por el terrorismo islámico en sus diversos matices , al que agregó paulatinamente otros enemigos como los migrantes, los pobres, los pueblos originarios , a los que categorizó como Nuevas Amenazas.

Desde la doctrina que el Presidente James Monroe expuso en 1823 y que se resumió como “América para los americanos” (en realidad para los norteamericanos), nuestra región fue presionada, agredida y hasta invadida en numerosas ocasiones y en varios países por Estados Unidos. También interferida en sus  intentos de unidad  o cooperación.

Recientemente creció el interés por los recursos estratégicos y por la importancia geopolítica que tiene Sudamérica.  Una circunstancia remarcable es la  reinstalación de la IV Flota  en los mares del continente.

Nuestro país ha sido visitado en forma reiterada últimamente por la jefa del Comando Sur, Generala Laura Richardson, y también por el Director de la CIA, presencias motivadas por el interés en nuestros recursos estratégicos, como el litio, el petróleo, el cobre y la abundancia de agua dulce.

Además de las riquezas naturales, en el caso de la Argentina, es de especial interés su privilegiada ubicación en el Atlántico Sur como país más próximo a la Antártida, al Estrecho que une los océanos Atlántico y Pacifico y la cercanía con las Islas Malvinas, Orcadas y Sándwich, usurpadas por Gran Bretaña, país que es socio estratégico de Estados Unidos en la OTAN .

En el contexto global difícil que estamos atravesando es fundamental analizar las decisiones y actitudes que adopta Milei y que comprometen gravemente la situación de nuestro país.

Asistimos a una guerra convencional en territorio europeo —Ucrania, con apoyo de la OTAN, contra Rusia—  y vemos con mucha inquietud el conflicto de Israel contra el pueblo palestino sometido a un genocidio , al que se ha incorporado Irán y que amenaza con extenderse a la región .

En este marco sensible y delicado, Milei declara su alineamiento incondicional con Ucrania y con Israel que implica obviamente su pertenencia a la órbita gravitacional de Estados Unidos, subordinando a  nuestros intereses nacionales.

En el proyecto de la llamada “ley Ómnibus” cuyo tratamiento fue afortunadamente frustrado en la Cámara de Diputados, hay referencias concretas a la Defensa que permiten inferir el pensamiento y los objetivos libertarios en la materia.

Las materias Defensa y Seguridad están regidas en el país por sendas leyes que se aprobaron recuperada la democracia en 1988 y 1992 respectivamente, por un consenso político-social que no solo fue muy amplio sino que además se ha mantenido en el tiempo.

Milei pretende quebrar ese consenso básico autorizando el empleo de las FFAA en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, que seguramente se extenderán después a las Nuevas Amenazas que Estados Unidos paulatinamente agregó porque son sus problemas actuales: migraciones, pueblos originarios, pobres, etc.

El eventual involucramiento de los militares en tareas policiales que podría convertirlos en lo que Juan G. Tokatlian denomina crime fighters,  no requiere de un aumento del presupuesto, por lo que resultaría compatible con lo que sostienen “aquellos que la ven” y que afirman que “no hay plata” .  Además no sería necesaria la incorporación de material pesado a las FFAA, así como tampoco sería relevante la inversión en ciencia, tecnología y producción para la defensa que Milei pretende detener.

Si bien son varios los países que usan a sus Fuerzas para combatir estos delitos (México y Colombia los más destacados), ninguno ha tenido éxito en el objetivo.

Más aún, dañaron seriamente a sus Fuerzas, las discapacitaron para lo que son sus funciones específicas y las contaminaron con la corrupción que facilitan esos ámbitos por la enorme cantidad de dinero que manejan. Debemos agregar como consecuencias las gravísimas violaciones a los DDHH  que cometieron las Fuerzas.

Esta iniciativa es más que negativa. Los soldados están capacitados para la guerra, para aniquilar al enemigo que amenaza la integridad nacional: territorial, aérea, fluvial y marítima, su población, sus recursos, sus objetivos estratégicos. Las armas que fueron entrenados para manejar son cada vez más sofisticadas, letales y altamente complejas. Nada de esto es útil en la lucha contra el delito que requiere prevención, disuasión y en última instancia represión.

Las capacitaciones que reciben la Fuerzas Armadas y las Policiales son distintas, las armas que usan también y por sobre todo son diferentes los objetivos que deben perseguir.

No es admisible convertir nuestras FFAA en Guardias Nacionales, incapaces de afrontar sus responsabilidades primarias en caso de ser necesario

La ley 24.059 de Seguridad Interior prevé en que situaciones las policías podrán recibir aportes de los militares por sus tareas que serán siempre logísticos pero sin participación operativa.

Si el Congreso cediera a las pretensiones de Milei, estaría contribuyendo a concretar una solicitud siempre presente en las demandas e intereses de Washington .

*Nilda Garré: Diputada Nacional. Ex ministra de Seguridad y de Defensa.

Imagem: El Edificio Libertador, sede del Ministerio de Defensa de la República Argentina. Por: Wikipedia Creative Commons.

Boletim PAET&D 01.2023 – Rede de Pesquisa em Autonomia Estratégica, Tecnologia e Defesa

Patrícia Matos, José Augusto Zague, Ana Penido,

David Succi Junior e Samuel Soares*

Acesse a versão original em pdf.

 

A Rede de Pesquisa em Autonomia Estratégica, Tecnologia e Defesa – Rede PAET&D – constitui-se em torno da pesquisa “Incorporação de tecnologia aeroespacial para a Defesa: impactos organizacionais, doutrinários e na autonomia estratégica”, um projeto PROCAD-DEFESA, financiado pela CAPES. Compõem a Rede pesquisadores do ensino médio a docentes vinculados a três Programas de Pós- Graduação: em Relações Internacionais, San Tiago Dantas – UNESP-UNICAMP-PUC-SP; em Ciências Aeroespaciais, Universidade da Força Aérea – UNIFA –; e em Desenvolvimento Econômico, da Universidade Estadual de Campinas – UNICAMP.

A abordagem geral reside nas vinculações entre desenvolvimento tecnológico, doutrina de emprego, organização militar, impacto social e as políticas públicas de Defesa e de Segurança Internacional, à luz de um quadro mais geral de mudanças substantivas no cenário internacional, com o recrudescimento de antagonismos entre grandes potências e a multiplicação de conflitos de caraterísticas que dificultam seu enquadre taxonômico. Neste cenário, o posicionamento de países mais distantes do centro de poder mundial torna-se mais complexo diante da turbulência de influxos que buscam atrair países periféricos e semiperiféricos para os polos em disputa. O resultado deste reordenamento polar é a drástica redução da liberdade de ação dos países do Sul Global com impactos na autonomia estratégica destes países.

A Rede analisa os impactos da dependência epistêmica em relação aos países do centro nas definições do emprego dos meios de força, no quadro de dependência tecnológica e nos desdobramentos para o futuro.

Diferentes questões marcam os primeiros meses de 2023, e tomamos duas delas como estruturantes. Internacionalmente, segue se estendendo a guerra na Ucrânia, ampliando os impactos na indústria de defesa em específico e na economia global em geral. No plano doméstico, a posse do presidente Luiz Inácio Lula da Silva promete mudanças para a indústria de defesa doméstica e maiores investimentos para o desenvolvimento de ciência e tecnologia nacional.

Buscando contribuir para a redução das dependências e descolonização das práticas, a Rede PAET&D consolidará periodicamente as principais notícias que merecem uma análise crítica sobre o tema em quatro grandes eixos: o que adquirir ou produzir; de quem adquirir ou com quem produzir; processos de aquisição e produção; e quanto gastar. Os links para as notícias utilizadas como matéria prima estão inseridos no próprio corpo do texto. Boa leitura!

O QUE ADQUIRIR OU PRODUZIR

A decisão sobre o que produzir (ou mesmo adquirir) na área de defesa precisa partir das definições estratégicas nacionais. No caso brasileiro, os documentos oficiais (Livro Branco da Defesa Nacional e a Estratégia Nacional de Defesa), não apresentam uma articulação clara entre a produção endógena de armamentos e as ameaças que justifiquem os gastos para produzi-los. Por sua vez, definições estratégicas se subordinam à política externa e doméstica em geral. A discussão sobre autonomia costuma se relacionar com um terceiro grupo de questões sobre como produzir. Na prática, o Brasil tem poucas empresas com capacidade para participar das cadeias produtivas globais do setor, pela baixa incorporação de tecnologia dos bens e serviços produzidos internamente, notadamente na produção de componentes e partes utilizadas na montagem dos armamentos.

A Avibras, uma das principais empresas estratégicas de defesa do Brasil, após anunciar problemas financeiros, poderá ser adquirida por grupo alemão. Outro grupo estrangeiro interessado em adquirir a Avibras é o Edge Group, dos Emirados Árabes. A venda da empresa é prejudicial à autonomia nacional no campo de mísseis e foguetes. Grupos estrangeiros adquiriram importantes empresas estratégicas que antes eram controladas por capital nacional, com destaque para a AEL (antiga Aeroeletrônica), controlada pela israelense ELBIT, que também produz componentes para o GRIPEN-NG; e para a subsidiária brasileira da empresa italiana Iveco (que produz o blindado Guarani).

A venda do blindado Guarani para as Filipinas foi vetada pelo governo alemão, algo possível pois o veículo blindado possui entre seus componentes a transmissão automática, que é produzida pela empresa alemã ZF. Segundo a Alemanha, o veto ocorreu porque as Filipinas são um país que desrespeita os direitos humanos. Entretanto, analistas apontam o veto como uma retaliação pela recusa brasileira em fornecer munições para a Ucrânia. O ocorrido pode impulsionar o Brasil a contornar o problema encontrando fabricantes nacionais para as peças alemãs. De maneira geral, o veto alemão é uma demonstração da grande dependência da indústria de defesa brasileira dos fornecedores externos, e da ausência de fornecedores nacionais para produção de componentes e sistemas de maior sofisticação tecnológica.

DE QUEM ADQUIRIR OU COM QUEM PRODUZIR

Acordos nessa área precisam levar em conta as disputas geopolíticas globais, identificando, se possível, parcerias que possam também cooperar no nível estratégico e político, além de se tornarem compradores de outros produtos brasileiros, e não competidores no mercado internacional.

Após a Boeing desistir de comprar a Embraer, a empresa estadunidense tem contratado engenheiros da empresa brasileira que podem deter segredos industriais, prática que vem sendo contestada na justiça como uma forma indireta de absorção da capacitação da engenharia aeronáutica nacional. A iniciativa pode indicar uma mudança na estratégia da Boeing, na busca por enfraquecer a Embraer e preparar o ambiente para uma nova tentativa de aquisição.

Outro projeto estratégico brasileiro, o submarino nuclear, também apresenta motivos para preocupação. A empresa estadunidense Flowserve adquiriu a empresa estratégica francesa Velan, detentora da Segault, que equipa os submarinos nucleares franceses, e é também fornecedora da Naval Group (que tem parceria com o Brasil no projeto do submarino nuclear). A França desenvolveu durante a presidência de Charles De Gaulle, na década de 1960, uma política de autonomia estratégica na produção de armamentos. No modelo de difusão da tecnologia militar globalizada, a produção de armamentos é concentrada em grandes conglomerados. Os projetos autônomos de alta tecnologia na área militar têm enfrentado dificuldades com a escala produtiva (quantidade reduzida) e menor possibilidade de ganhos em aprendizagem, que poderiam contribuir para a redução dos custos. O avanço de empresas estrangeiras na produção de partes e componentes também dentro do Brasil, amplia a dependência externa da indústria de defesa nacional.

PROCESSOS DE AQUISIÇÃO E PRODUÇÃO

A UOL produziu matéria descritiva sobre as capacidades da Força Aérea Brasileira. Quando comparada a outras forças aéreas da região, o Brasil tem a segunda maior frota das Américas, ficando atrás apenas dos Estados Unidos da América. A reportagem, entretanto, discute apenas o quantitativo de equipamentos, sem colocar em pauta as diferentes estratégias e os consequentes instrumentos de força necessários para atendê-las pelos países comparados.

A Embraer anunciou que iniciará a montagem final de quinze caças Gripen como parte da transferência de tecnologia contratada com a SAAB para o fornecimento de 36 caças para a FAB, dentro do Programa F-X2. A empresa brasileira absorverá tecnologias na área da engenharia de sistemas, hardware, software e integração de sistemas, o que permitirá a produção de aeronaves de combate de 4ªgeração. A produção da aeronave exigiu a regionalização da montagem, com a consequente construção de uma fábrica da SAAB em São Bernardo (SP). A estrutura financeira da fábrica é composta por um sócio majoritário, a Saab (90%) e um parceiro minoritário, a brasileira Akaer (10%), empresa de engenharia especializada no desenvolvimento de aeroestruturas, parceira da Saab desde 2009, quando foi contratada para desenvolver o projeto de segmentos da fuselagem do Gripen. Não há previsão de que outras empresas brasileiras forneçam componentes (recheio) de tecnologia avançada para a aeronave.

Por fim, cumpre lembrar que os processos de aquisição de armas leves por particulares estiveram aquecidos nos últimos anos. Entre 2018 e 2021, enquanto o mercado mundial que comercializa armamentos retraiu-se (tendência que se modifica com a erupção da guerra na Ucrânia), aumentou a importação de armas no Brasil, notadamente devido à política de facilitação para a aquisição de armas por grupos de Colecionadores, Atiradores e Caçadores adotada por Jair Bolsonaro. A empresa Taurus, importante fabricante, importadora e exportadora de armas leves para o mercado mundial, tem sede no Brasil.

QUANTO GASTAR

Quando se trata de gastos para a indústria de defesa bélica no âmbito global, o céu não tem limites. A Guerra entre a Rússia e a OTAN na Ucrânia tem impulsionado o complexo industrial militar dos EUA. As projeções do Pentágono para investimento no desenvolvimento de caças de sexta geração alcançam a marca de 34 bilhões de dólares. A tecnologia hipersônica para aeronaves pode ser disruptiva, e seu desenvolvimento, inclusive para uso militar, tem sido levado a cabo pelos EUA e China.

No Brasil, a demanda pela ampliação dos gastos em defesa é recorrente, e consta na atual minuta da Estratégia Nacional de Defesa em análise no Congresso Nacional, com a proposta de destinar 2% do PIB nacional para gastos da pasta (parâmetro de gasto inspirado nas recomendações da OTAN). São frequentes também as análises críticas do orçamento de defesa nacional, que direciona a maioria dos recursos para o pagamento de despesas correntes e de pessoal, em detrimento dos gastos com aquisições e investimentos.

Por fim, para além da discussão sobre quanto gastar, é pertinente refletir sobre a origem dos recursos. Uma empresa sul-coreana lançou foguete utilizando a Base de Alcântara, ainda sem finalidade comercial. De toda maneira, os recursos com o aluguel do Centro de Lançamentos não podem ser utilizados para o desenvolvimento de lançadores pelo programa espacial brasileiro, devido ao acordo de salvaguardas assinado com os EUA. Recorda-se que o acordo não prevê nenhuma transferência de tecnologia.

 

PARA SE APROFUNDAR: ARTIGOS ACADÊMICOS SOBRE O TEMA PUBLICADOS RECENTEMENTE

“The technopolitics of security: Agency, temporality, sovereignty”. Artigo de Frank Müller and Matthew Aaron Richmond na revista Security Dialogue, 2023 (v.54:1, pg. 3-20). Disponível em: https://journals.sagepub.com/doi/epub/10.117 7/09670106221141373.

“Developments in Military Expenditure and the Effects of the War in Ukraine”. Artigo de Nan Tian, Diego Lopes, da Silva, Lucie Béraud- Sudreau, Xiao Liang, Lorenzo Scarazzato e Ana Assis na revista Defence and Peace Economics, 2023. Disponível em: https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/ 10242694.2023.2221877.

 

* Patrícia Matos é professora do Programa de Pós-graduação em Ciências Aeroespaciais da Universidade da Força Aérea (UNIFA), Doutora em Ciências Aeroespaciais pela UNIFA e Doutoranda em Economia Política Internacional pela UFRJ. José Augusto Zague é membro do Grupo de Estudos de Defesa e Segurança Internacional (GEDES- Unesp), e-mail: j.zague@unesp.br.; Ana Penido é pesquisadora de pós-doutorado do programa de Ciência Política da Unicamp, David Succi Junior é pesquisador de pós-doutorado do Programa de Pós-Graduação em Relações Internacionais San Tiago Dantas (UNESP, UNICAMP, PUC-SP) e Samuel Soares é professor da UNESP, campus de Franca, e do PPGRI San Tiago Dantas. Todas as autoras e autores participam do Programa de Pesquisa Acadêmica em Defesa Nacional (Procad-Defesa) no Projeto “Incorporação de Tecnologia Aeroespacial para a Defesa” da Rede PAET&D.

Imagem: Logo da Rede PAE&D.

A look at the UK’s strategic partnership with Ukraine

 

A version of this article was first published at the UK Defence Journal in December 2021

João Vitor Tossini

 

The UK’s defence relationship with Ukraine experienced a sharp growth in the aftermath of the Russian annexation of Crimea in 2014, including the delivery of British military equipment and training. The 2016 British decision to leave the European Union led to the “Global Britain” foreign policy, which became the framework of the British engagement with Ukraine. Aiming to reaffirm the country’s leadership at the North Atlantic Treaty Organization (NATO), while seeking new partners and allies beyond the European Union, the new British foreign policy engaged in a path of increasing political and defence cooperation with Ukraine.

During the first years of Ukrainian independence, the British Government would work closely with Ukraine, the United States, and Russia on the future of the Ukrainian, Belarus, Kazakhstan nuclear arsenals inherited from the Soviet Union.  In 1994, the three powers agreed to provide security assurances against the use of force or threats against the territorial integrity and independence of Ukraine, Belarus and Kazakhstan in exchange for their adherence to the Treaty on the Non-Proliferation of Nuclear Weapons (TNP). This accord was known as the “Budapest Memorandum on Security Assurances”, and between 1994 and 1996, Belarus, Kazakhstan and Ukraine gave up their nuclear weapons (MARTEL, 1998). 

In 2008-2009, Ukraine’s attempts to achieve closer cooperation ties with the European Union received British support while intensifying defence collaboration with Britain, which the Ukrainian Government saw as a possible supporter of Ukraine’s ambition to initiate a NATO Membership Action Plan. Within this context, Britain and Ukraine signed a Joint Statement in 2008 declaring for the first time the “strategic” character of their bilateral relations.

Nevertheless, between 2009 and 2013, the British position changed after Ukraine opted for “non-alignment” in 2009. Following this Ukrainian foreign policy shift, Britain focused on supporting the advancement of the Association Agreement between Ukraine and the European Union (EU). However, in November 2013, the Euromaidan movement erupted in Ukraine, especially in the Western part of the country, mainly in response to president Viktor Yanukovych’s refusal to sign the European Union–Ukraine Association Agreement. The refusal came after previous postponements and was seen as an attempt to appease and maintain close ties with Russia, Ukraine’s largest trading partner. On 22 February 2014, the parliament voted to relieve Yanukovych from his duties. 

These events highlighted divisions within Ukraine’s society and quickly involved Russia. Moscow justified its intervention as a safeguard for the Russian minority in Ukraine. The Russian Government stated that it did not recognise the new administration in Kyiv (AVERRE; WOLCZUK, 2018). On 27 February, unmarked Russian soldiers took control of the Crimean local government, forcing the regional parliament to replace its Prime Minister for the pro-Russian politician Sergey Aksyonov. The Crimean Peninsula, including the strategic naval base at Sevastopol, leased to Russia since 1991, was formally annexed by the Russian Federation on 21 March (AVERRE; WOLCZUK, 2018).

As one of the three “guarantors” of Ukraine’s sovereignty and territorial integrity, through the Budapest Memorandum (1994), the UK had a particular responsibility when the Russian intervention occurred. The UK supported the change of government in Kyiv and opposed the Russian intervention in Ukrainian affairs. Despite that, witnesses contributing to a Houses of Parliament report in 2015 considered the initial British response “hesitant”. Thus, the unfolding events in Ukraine raised concerns and negative criticism concerning the British Government’s initial response. It can be argued that the budget cuts laid out by the 2010 Defence Review still had a significant impact on the British defence and foreign policy.

As the crisis unfolded, the British Government adopted an active role. Britain presented itself as a leading supporter of collective sanctions against Russia through the EU and the Group of Seven (BIELIESKOV; SOLODKYY, 2017). The British Government also performed a crucial role in the approval of the General Assembly resolution on Crimea. In March 2014, the UK declared that it regarded the annexation of Crimea as illegal and would maintain a position of support for Ukraine’s sovereignty and territorial integrity. This statement remains the cornerstone of the British bilateral relationship with Ukraine. 

Since 2014, the UK has sought to enhance its economic and defence cooperation with Ukraine while improving the Ukrainian position as a nation capable of containing the conflict with the Russian-backed insurgents in the far Eastern part of the country (BIELIESKOV; SOLODKYY, 2017). During the NATO Wales Summit of 2014, Britain also acted to alleviate fears in southern members of NATO that the Baltic States were exacerbating the Russian threat, opening the path for a final collective statement favourable to Ukraine (DEVANNY, 2017). Following Brexit, this trend gained pace and Ukraine could become a special partner within the scope of the “Global Britain” policy (UNITED KINGDOM, 2021).

Beyond the support within NATO, Britain initiated “Reform Assistance Programmes” in Ukraine to improve local governability, while supporting economic reforms. These initiatives would indirectly support enhanced trade arrangements between the two nations (BIELIESKOV; SOLODKYY, 2017). In October 2020, Britain and Ukraine signed a “continuity agreement” adapting the existing Ukraine-EU Trade Agreement into an Anglo-Ukrainian version. Furthermore, the “Political, Free Trade and Strategic Partnership Agreement” updates and formalises the strategic partnership between the UK and Ukraine (VOROTNYUK, 2021).

Concerning Defence cooperation, since the Russian annexation of Crimea, seeking international assistance to strengthen its defence capabilities has been a priority of the Ukrainian Government. In Ukraine, expectations of British military assistance have been high as Britain remains one of the two signatory powers that still commit to the Budapest Memorandum of 1994. Supporting these expectations lies the fact that before the 2014 Crisis, Britain had been an active partner of Ukraine, leading programmes between 2009 and 2014 to enhance Ukraine’s military command, control and communication systems while conducting joint training exercises (BIELIESKOV; SOLODKYY, 2017). Therefore, during the 2014 NATO Summit, Britain was chosen as the leading partner in the Alliance’s Trust Fund to improve the Ukrainian forces’ command, control, and communications (DEVANNY, 2017; VOROTNYUK, 2021). 

Moreover, the UK supports Ukraine through direct bilateral military aid. In late 2014, London supplied the first wave of military equipment and logistical assistance to Kyiv. In March 2015, Britain announced a package of non-lethal equipment to Ukraine. Concurrently, the British Government approved the deployment of military advisers to train the Armed Forces of Ukraine. In 2017, the British training programmes prepared the most significant contingent of troops for the Ukrainian military. The 2016-2017 period witnessed the British shift from military material aid to training local troops. Between 2015 and 2021, the operation – called Operation Orbital – trained more than 21,000 Ukrainian personnel (VOROTNYUK, 2021).  

Avoiding a direct association with the ongoing military conflict in Eastern Ukraine, the sites used by the British personnel were located far from the areas of armed conflicts. Additionally, in 2016 the two countries agreed on a Memorandum of Understanding about the bilateral defence and security cooperation. This 2016 Memorandum represented the increasing Ukrainian confidence that Britain remains an actor in the region despite Russian pressures and led to the 2020 Free Trade and Strategic Partnership Agreement previously mentioned. With British diplomatic support, Ukraine achieved NATO’s “Enhanced Opportunity Partner” status in June 2020, which grants “enhanced access to interoperability programmes and exercises, and more sharing of information”.

After March 2014, the Black Sea has witnessed an increasing British naval presence. Romania and Bulgaria received British personnel through NATO’s Multinational Divisional Headquarters (South-East) and Force Integration Units. Between January 2018 and October 2021, the Royal Navy and Royal Fleet Auxiliary vessels spent roughly 50 days every year on a rotational basis on the Black Sea (VOROTNYUK, 2021). These deployments are symbols of the British strategy to reinforce NATO’s Eastern flank while displaying its support for Ukraine’s sovereignty and territorial integrity. However, this increasing British military presence in the Black Sea led to diplomatic tensions with Russia.

In September 2020, the British Government announced that its training contribution through Operation Orbital would expand to include maritime capacity-building. Thus, the UK  led a multinational Maritime Training Initiative (MTI) for the Ukrainian Navy. In the same month, British paratroopers and their Ukrainian counterparts participated in joint exercises (Exercise Joint Endeavour). Flying direct from Britain and parachuting into the south of Ukraine, British paratroopers participated in the drill, considered the largest of its kind within a decade (VOROTNYUK, 2021). The exercises of 2020 highlighted Britain’s ability to independently project military power over Ukraine.

Since the establishment of the MTI, the British-led naval training initiative resulted in a similar British-led effort to enhance Ukraine’s naval capabilities. This new phase of defence cooperation was initiated by the Memorandum of Intent of October 2020 signed by the British Defence Secretary and his Ukrainian counterpart on board the British aircraft carrier HMS Prince of Wales. According to the British Government, one of the main points of the Memorandum concerns the GBP 1.25 billion on terms from UK Export Finance – the UK’s export credit agency – for Ukrainian naval projects. Britain would build “missile cruisers” and other ships in line with NATO standards to aid the naval forces of Kyiv (TOMS, 2020). 

 On 21 June 2021, during HMS Defender’s visit to the Black Sea as part of the British Carrier Strike Group Deployment, Britain and Ukraine signed a Memorandum of Implementation. In short, Britain secured the following projects: (1) “Missile sale and integration on new and in-service Ukrainian Navy patrol and airborne platforms”; (2) “The development and joint production of eight fast missile warships”; (3) “The creation of a new naval base on the Black Sea as the primary fleet base for Ukraine and a new base on the Sea of Azov”; (4) Sale of two mine countermeasure vessels; (5) participation in the Ukrainian project to deliver a new generation of frigate capability; and (6) shipyards regeneration plans (UNITED KINGDOM, 2021a).

Two days after the signing of the Memorandum of Implementation on board HMS Defender, this Royal Navy Type 45 Destroyer performed freedom of navigation patrol through the disputed waters of Crimea. The “diplomatic incident” between the British vessel and Russian patrol boats and aircrafts resulted in renewed tensions with Moscow. The Ministry of Defence of the Russian Federation alleged that its patrol boats fired warning shots and Sukhoi Su-24 “dropped bombs” in the path of HMS Defender after the ship entered Crimea’s territorial waters. The British Ministry of Defence denied these claims and stated that the shots were fired three miles astern and could not be considered warning shots. HMS Defender kept its planned course arriving in Batumi, Georgia, on 26 June. 

Considering that the British Government recognises only the Ukrainian authority over Crimea and the customary route between the Ukrainian port of Odesa and Batumi includes passing near Crimea, the decision also involved not displaying weaknesses or some degree of recognition to the Russian presence. The “incident” also highlights that Russia avoided the risk of direct military confrontation in the Black Sea with the UK and other NATO members beyond the assertive rhetoric and behaviour. In comparison, the Kerch Strait incident of 2018 resulted in the Russian capture of three Ukrainian military vessels

Britain’s planned military deployments to the Black Sea and Ukraine suffered no changes after HMS Defender’s incident. While the Royal Navy reinforced the British support for Ukrainian territorial integrity near Crimea, British and Ukrainian forces led the multinational “Cossack Mace” land exercises in that same month. During two weeks in June 2021, these exercises rehearsed a joint response to a potential aggressor state seizing and controlling Ukrainian territory. Shortly after, HMS Defender took part in the annual Sea Breeze naval drills in the Black Sea, reaffirming the traditional British naval presence in this annual exercise (VOROTNYUK, 2021).

Therefore, since 2014 the British-Ukrainian bilateral relations have entered an ascending path. The UK has achieved a unique position within Ukraine’s foreign policy as one of the country’s closest and most committed partners, only surpassed by the United States. London has been an active supporter of increasing Kyiv’s integration with NATO while seeking to improve its military presence in the eastern flank of the Alliance, particularly in the Baltic nations and the Black Sea. Since 2015, British forces have trained thousands of Ukrainian personnel every year and performed regular joint land and naval exercises. Lastly, the UK continues to recognise Ukrainian sovereignty over Crimea. 

In conclusion, looking for new international partnerships since 2014, Ukraine has found one of its prominent supporters in successive British Governments. In addition, the UK remains seen by Russian defence specialists as a major actor “willing to go to the edge” for Ukraine and the international rules-based system while having “fewer reservations about confronting Russia than some other European NATO member states”. One example is the British arms supply to Ukraine, that remained in place even after the UK changed its emphasis to training local forces. Concerning Britain’s point of view, the British Government has in Ukraine one of its strategic partners for the Global Britain foreign policy that searches for new allies beyond the EU. Enhancing ties with Ukraine is a way for the British Government to display how the UK can reaffirm its position as the leading European contributor to the security of the Euro-Atlantic area and major supporter of the international rules-based system.

 

References

AVERRE, Derek; WOLCZUK, Kataryna. The Ukraine Conflict: Security, Identity and Politics in the Wider Europe. London: Taylor & Francis, 2018.

BIELIESKOV, Mykola; SOLODKYY, Sergiy. Foreign Policy Audit: Ukraine-United Kingdom. Kyiv: Institute of World Policy, Discussion Paper. 2017.

DEVANNY, Joe. UK National Security Decision-Making in Context: The Ukraine Crisis and NATO’s Warsaw Summit Meeting. Ridgeway Information, 2017.

KUZIO, Taras. The Crimea: Europe’s Next Flashpoint. Washington DC: The Jamestown Foundation. November 2010.

MARTEL, William C. “Why Ukraine gave up nuclear weapons: non-proliferation incentives and disincentives”. In SCHNEIDER, Barry R.; DOWDY, William L. (eds.). Pulling Back from the Nuclear Brink: Reducing and Countering Nuclear Threats. 1998.

TOMS, Bate C. Britain and Ukraine unveil new strategic partnership. Atlantic Council. 13 October 2020. 

UNITED KINGDOM. Ministry of Defence. Global Britain in a Competitive Age: The Integrated Review of Security, Defence, Development and Foreign Policy. Ref: CP 403. March 2021.

UNITED KINGDOM. Ministry of Defence. UK signs agreement to support enhancement of Ukrainian naval capabilities. Press Release, June 2021a. 

VOROTNYUK, Maryna. Security Cooperation between Ukraine and the UK. Royal United Services Institute (RUSI). 10 November 2021. 

 

* João Vitor Tossini é doutorando em Relações Internacionais pelo PPGRI San Tiago Dantas (UNESP, UNICAMP, PUC-SP).

Imagem: Desfile de tropas britânicas em Kiev, 2017 (British Embassy Kivy, Crown Copyright).

A Grã-Bretanha Global e o HMS Defender no Mar Negro

João Vitor Tossini*

 

A concepção de sucessivos governos britânicos sobre a posição do Reino Unido como uma grande potência persiste apesar do período de declínio relativo que afetou o país após a Segunda Guerra Mundial. Com o fim da Guerra Fria, sucessivos governos em Londres buscaram reafirmar o Reino Unido como uma das lideranças do Ocidente e, consequentemente, como uma grande potência. O Governo Tony Blair (1997-2007) foi um dos expoentes desse objetivo de conservação e reafirmação de status, retomando o enfoque britânico na projeção de poder para além da Europa e empregando estas capacidades militares no Afeganistão, Iraque, Serra Leoa, dentre outros países (BROWN, 2010).

Apesar de variações políticas em cada novo governo, incluindo períodos de austeridade como no primeiro Governo David Cameron (2010-2015), todos concebiam o Reino Unido como uma grande potência – ou uma potência de primeira grandeza – e almejavam a conservação desse status. Em 2016, o Governo Theresa May (2016-2019) adota o termo “Grã-Bretanha Global” (Global Britain) como uma nova definição para a política externa britânica após o voto pela saída da União Europeia. O sucessor de Theresa May, Boris Johnson, incluiu a “Grã-Bretanha Global” como o centro de sua primeira Revisão de Defesa, indicando o compromisso do governo em expandir o engajamento britânico para além da União Europeia e do eixo euro-atlântico, além de apoiar aliados contra Estados considerados revisionistas, como a China e a Rússia (UNITED KINGDOM, 2021). Assim, a Grã-Bretanha Global simboliza a disposição do Reino Unido em adotar um novo meio de se reafirmar como uma grande potência e como uma das lideranças ocidentais, ainda que isso possa representar crescente oposição e atritos com China e Rússia, como observado nas recentes incursões navais britânicas no Mar Negro.

O HMS Defender no Mar Negro 

Nesse contexto, em 23 de junho de 2021, um contratorpedeiro (destroyer) da Marinha Real Britânica (Royal Navy), o HMS Defender, adentrou as águas territoriais disputadas da Crimeia, território ucraniano controlado pela Federação Russa desde 2014, visando exercer o princípio do direto de liberdade de navegação e demonstrar o apoio britânico à Ucrânia na questão do território em litígio. Segundo o Governo Britânico, o HMS Defender transitava pela rota mais curta entre a cidade portuária de Odessa, na Ucrânia, para Batumi, na Geórgia, sendo que o navio seguiria uma série de exercícios conjuntos com esses dois Estados. Durante um breve trecho dessa rota, a embarcação adentrou as águas territoriais da Crimeia que, para os britânicos e outras potências ocidentais, pertence aos ucranianos (GARDNER, 2021).

O contratorpedeiro britânico passou a poucos quilômetros da costa e de Sevastópol, local da principal base naval russa no Mar Negro, e foi o foco de avisos por parte de seus navios da guarda costeira e caças de combate, incluindo disparos de advertência. Apesar disso, Londres negou que o HMS Defender tenha sido alvo de disparos de advertência, indicando que a Rússia havia anunciado com antecedência a realização de treinamentos navais nas proximidades (BEALE, 2021; GARDNER, 2021).

No dia seguinte, outro incidente próximo ao mar territorial da Crimeia envolveu uma embarcação militar holandesa, o HNLMS Evertsen, que acompanhava o Defender no Mar Negro. Menos de uma semana após o incidente, em 28 de junho, ocorreu o início do exercício anual da Organização do Tratado do Atlântico Norte (OTAN) no Mar Negro com a participação de todos os países costeiros da região, com exceção da Rússia – além da presença de Reino Unido, França, Itália, Estados Unidos, e outros países convidados (UNITED STATES, 2021).

Destaca-se que, diferentemente de outras incursões prévias da Royal Navy, a bordo do Defender havia um jornalista da principal estatal da mídia britânica, a British Broadcast Corporation (BBC), que foi a primeira fonte de informações sobre a questão no Reino Unido, indicando que Londres possuía interesse em deter o controle inicial da narrativa. Quatro dias após o episódio, documentos sigilosos do Ministério da Defesa britânico foram encontrados em uma estação de ônibus e divulgados pela mídia do país. Por meio desses documentos, torna-se possível indicar que o Governo Britânico realizou considerações prévias sobre as possíveis reações da Rússia ao deslocamento de navios da Royal Navy nas proximidades da Crimeia.

Segundo os documentos, oficiais militares e civis britânicos entendiam que o Reino Unido possuía duas opções no caso da rota do HMS Defender entre Odessa e Batumi: evitar as águas territoriais controladas por Moscou ou adotar o trajeto tradicional utilizado por embarcações militares antes da ocupação russa da Crimeia, o que envolvia um breve período nas águas territoriais contestadas. A primeira opção foi descartada pois a adoção de um “desvio” de rota foi interpretada pelos oficiais britânicos como uma demonstração de fraqueza relativa e de aceitação do controle russo do território ucraniano. Assim, Londres optou pela segunda alternativa apesar das possíveis reações das forças russas (ADAMS, 2021).

O Reino Unido após o Brexit: a periferia europeia e a OTAN

Nota-se que o episódio envolvendo o HMS Defender nas proximidades da Crimeia ocorre em um período em que o Reino Unido busca reforçar seu papel na OTAN após a sua saída da União Europeia (processo que ficou popularmente conhecido como Brexit). A inclusão da Ucrânia nos mecanismos de cooperação da OTAN é apoiada por Londres desde a anexação russa da Crimeia, sendo o Reino Unido, ao lado dos Estados Unidos, um dos membros da Organização mais engajados com a Ucrânia no âmbito da Defesa e Segurança. Desde 2015 o Reino Unido possui operações militares destinadas ao treinamento das forças ucranianas na medida em que adota um posicionamento para o avanço do processo de integração da Ucrânia como membro da OTAN (UNITED KINGDOM, 2020). A Declaração dos Chefes de Estado e de Governo da OTAN do início de junho de 2021 confirmou planos para o avanço desse processo, cabendo ao Governo Ucraniano a decisão final sobre sua relação com a organização quando os requisitos para alcançar o status de membro forem alcançados (NATO, 2021).

Simultaneamente, o incidente no Mar Negro ocorreu poucos meses após a divulgação da Revisão Integrada de Segurança e Defesa, na qual Londres aponta a Rússia como a principal ameaça estatal ao Reino Unido, seguida pela China, e destaca que busca maior engajamento com países do Leste Europeu, incluindo a Ucrânia (UNITED KINGDOM, 2021, p. 60). Os documentos sigilosos divulgados pela mídia britânica aparentam reforçar o entendimento de que o Reino Unido possui uma percepção mais sensível em relação à Rússia do que à China.  Isso ocorre quando oficiais civis e militares britânicos indicam que o governo de Joe Biden ainda apresenta “muita continuidade” em relação ao foco no Indo-Pacífico e na China (ADAMS, 2021).

Em adição, entre maio e julho de 2021 um Grupo de Ataque a partir de Porta-Aviões (Carrier Strike Group) britânico esteve presente no Mar Mediterrâneo como parte do deslocamento inaugural da nova classe de porta-aviões da Royal Navy. Em julho, o Grupo avançou para o Indo-Pacífico, visando realizar exercícios com parceiros do Reino Unido, incluindo a Austrália, a Malásia, o Japão e os Estados Unidos. Destaca-se que o HMS Defender constitui parte da escolta de superfície do porta-aviões britânico, o HMS Queen Elizabeth, que é o centro dessa formação naval de projeção de poder. Enquanto a parte principal do Grupo realizava reabastecimento no Chipre, local de dois enclaves ultramarinos do Reino Unido, o Defender foi enviado ao Mar Negro, visitando a Ucrânia e a Geórgia, e outras embarcações participariam de missões diplomáticas e exercícios militares com Israel, Chipre, Egito e Grécia (MEDITERRANEAN, 2021).

Dentre essas missões, a visita do Defender à Ucrânia resultou em um acordo que expande a cooperação do país no âmbito da Defesa com o Reino Unido. O acordo inclui a construção de duas bases navais por parte de empresas britânicas para uso ucraniano, venda de sistema de mísseis e outros armamentos, treinamento e a compra de duas embarcações anti-minas da Royal Navy, além de oito navios rápidos de lançamento de mísseis (fast missile warships). Por fim, a indústria de Defesa britânica liderará os planos de desenvolvimento das novas fragatas ucranianas, a principal plataforma de superfície operada pela Marinha da Ucrânia. Entende-se que este ponto abre a possibilidade de exportação da nova classe Type 31 de fragatas britânicas, ou de similares projetos baseados nessa classe, elaborada especialmente visando exportações. Os recursos financeiros para a realização do acordo, que ultrapassam 1,25 bilhão de libras, serão fornecidos ao Governo em Kiev pela agência estatal de empréstimos e financiamentos do Reino Unido, a UK Export Finance (UNITED KINGDOM, 2021a), demonstrando a disposição britânica em expandir a sua influência e atuação político-militar na região.

Dentre os tópicos acordados mencionados anteriormente, destaca-se a construção de duas bases navais para a marinha ucraniana. Considerando que uma dessas bases será construída no Mar de Azov – entre a Crimeia, a Rússia e a Ucrânia – é reforçado o entendimento de que o Reino Unido busca contestar a presença russa na Crimeia ao passo que estabelece novos laços com Estados da periferia europeia e reforça seu papel como uma das principais forças de liderança da OTAN na Europa. Esta concepção é sustentada quando considerados os anseios do Governo Britânico para o avanço do seu projeto de uma “Grã-Bretanha Global” no âmbito diplomático-estratégico.

Como mencionado anteriormente, o projeto Grã-Bretanha Global almeja, dentre outras questões, maior engajamento com parceiros para além da União Europeia, a consolidação do país como a principal potência militar europeia da OTAN e o “retorno” de sua atuação estratégica no Indo-Pacífico, acompanhado pela expansão de sua presença e atuação militar ultramarina focada nas suas capacidades aeronavais (UNITED KINGDOM, 2021). Em suma, esse projeto busca encerrar o que o primeiro-ministro britânico, Boris Johnson, intitulou de a “era do recuo” (BEALE, 2021a) do pós-Segunda Guerra Mundial, período marcado pelo fim do Império Britânico e a redução da presença global do Reino Unido.

Assim, o caso da Ucrânia apresenta-se como uma das iniciativas bilaterais iniciadas por Londres para fortalecer sua posição internacional pós-Brexit, sendo o acordo firmado a bordo do HMS Defender um complemento ao Acordo de Parceria Comercial anglo-ucraniano firmado em 2020 – que visa expandir o acesso de produtos primários ucranianos ao mercado britânico, reduzindo a dependência do Reino Unido de importações de alimentos da União Europeia (TOMS, 2020). Entretanto, ainda que o Brexit tenha reforçado a posição do Reino Unido sobre a centralidade da OTAN e estimulado maior engajamento com outros Estados, sucessivos governos britânicos tradicionalmente mantiveram posição similar. O Brexit apresenta-se como um fator que reforçou a concepção do Reino Unido sobre a centralidade da OTAN na segurança europeia e como um meio do país manter um papel relevante no continente para seus aliados, incluindo os Estados Unidos.

Nesse contexto, o incidente envolvendo o Defender ocorreu logo após o anúncio por parte do governo russo, no final de março de 2021, sobre a imposição de áreas de exclusão a navios estrangeiros em determinados locais do Mar Negro, incluindo as águas nas proximidades da Crimeia e na entrada ao Mar de Azov, local de uma das futuras bases navais ucranianas construídas pelos britânicos. Logo, a rota adotada pela embarcação da Royal Navy simbolizou a ausência de reconhecimento por parte do Reino Unido e da OTAN sobre as reivindicações russas de soberania sobre a Crimeia e a preponderância de Moscou sobre o Mar Negro. O incidente é parte de uma estratégia empregada por outros membros da OTAN desde a anexação da Crimeia pela Rússia em 2014. Acompanhada pela crescente presença militar, cooperação e treinamentos conjuntos com a Ucrânia e a Geórgia, essa estratégia é caracterizada pelas demonstrações de não-reconhecimento da soberania russa, como a realizada pelo Defender, e pela rotatividade de embarcações das marinhas da Organização no Mar Negro, especialmente dos Estados Unidos, do Reino Unido e da França, na tentativa de manter uma presença constante na área (EGGERT, 2021).

O crescimento de exercícios militares e da presença naval de membros da OTAN na região contribui para a adoção dos padrões da Organização por parte da Marinha Ucraniana e reduz a possibilidade da repetição de episódios de tensão entre esta força e a Marinha Russa. Neste caso, destaca-se que um episódio de confrontação ocorreu em 2018 e resultou na apreensão de três navios militares ucranianos por parte da frota russa. A diferença das ações russas derivadas das tensões envolvendo as forças navais da Ucrânia em 2018 e as resultantes da incursão britânica em 2021 destaca o peso ligado às capacidades diplomático-militares do Reino Unido e da OTAN. Apesar da aparente tensão enquanto o Defender navegava nas águas territoriais da Crimeia (BEALE, 2021), o comportamento russo em relação aos membros da Organização apresenta-se significativamente mais contido do que em relação à Ucrânia. Apesar da retórica oficial de Moscou após a passagem do HMS Defender incluir ameaças aos futuros deslocamentos navais britânicos nas proximidades da Crimeia, entende-se que as maiores capacidades diplomático-militares do Reino Unido e da OTAN em relação aos ucranianos contribuíram para que as reações russas imediatas fossem mais comedidas.

Dessa forma, o interesse de Kiev na continuidade da aproximação com a OTAN e com o Reino Unido pode ser aprofundado por demonstrações similares às realizadas pela Royal Navy. Como constatado pelos documentos sigilosos do Governo Britânico, a adoção da rota pelo mar territorial da Crimeia seria uma excelente “oportunidade” para demonstrar o interesse do Reino Unido em restaurar a integridade territorial da Ucrânia, ainda que fosse necessário gerar novos atritos com a Rússia (ADAMS, 2021). Considerando o enfoque renovado de Londres na OTAN para a cooperação em Defesa, a inclusão da Ucrânia nesta organização estaria alinhada com os interesses geoestratégicos britânicos que, dentre outras questões, possuem na Rússia a principal percepção de ameaça imediata ao Reino Unido.

A Grã-Bretanha Global no Mar do Sul da China

 Por fim, ainda que o Governo Britânico tenha colocado maior ênfase na Rússia como competidora imediata, a China encontra-se como um dos principais desafios estratégicos identificados pela Revisão Integrada de Segurança e Defesa (UNITED KINGDOM, 2021). Neste ponto, a própria presença temporária do HMS Defender no Mar Negro e o restante do Carrier Strike Group no Mediterrâneo possui como principal objetivo operacional de seu deslocamento inaugural contestar a crescente preponderância chinesa no Mar do Sul da China. Assim, o Defender, em conjunto com os outros nove componentes navais do Strike Group, realizará incursões próximas aos territórios insulares reivindicados pela China na região como demonstração de não reconhecimento das reivindicações chinesas e como exercício de livre-navegação.

Acompanhando esse grupo desde sua partida da costa britânica, há um navio da Marinha dos Estados Unidos, o USS The Sullivans, e o HNLMS Evertsen da Marinha Real Holandesa (Royal Netherlands Navy), sendo que este último esteve com o Defender no Mar Negro em junho de 2021 (ALLISON, 2021). A presença de ao menos uma embarcação dos Estados Unidos e um aliado europeu membro da OTAN no deslocamento naval do Reino Unido contribui para o fortalecimento da posição britânica na contestação da posição chinesa ao demonstrar que Londres atua com o suporte direto de Washington e de outros aliados atlânticos.

Assim, o enfoque do Reino Unido por meio do Strike Group está na demonstração de sua capacidade em projetar poder em escala global e na apresentação aos seus aliados regionais do crescente engajamento britânico no Indo-Pacífico, caracterizado pela oposição às reivindicações regionais da China. Dentre os laços no aspecto da Defesa regional mantidos por Londres destacam-se os Cinco Acordos de Força de Defesa (Five Power Defence Arrangements) em conjunto com Singapura, Malásia, Austrália e Nova Zelândia. Originalmente estabelecidos para a defesa da Malásia e Singapura, esses acordos visam a consulta mútua em caso de uma das partes ser atacada militarmente. Tendo exercícios militares realizados de forma anual por meio dos Cinco Acordos, a presença do Strike Group marca a celebração dos 50 anos da organização em 2021 (ALLISON, 2021). Além disso, a incursão britânica no Mar do Sul da China pode ser vista como uma forma de Londres indicar estar disposta a apoiar atos similares dos Estados Unidos, contribuindo para a conservação da “relação especial” com Washington.

Logo, apesar de inserido dentro da reorientação do Reino Unido para além da União Europeia, o incidente envolvendo o HMS Defender pode ser entendido como um ensaio prévio e em menor escala quando comparado ao deslocamento similar que o Governo Britânico pretende realizar de forma regular a partir de 2021 no Mar do Sul da China. Na percepção de Londres, a Rússia permanece como a principal ameaça estatal ao Reino Unido, contudo, os anseios de uma Grã-Bretanha Global indicam que a expansão da atuação do país em regiões como o Indo-Pacífico colocam o Reino Unido crescentemente em oposição à China. As tensões renovadas com a Rússia e a disposição em testar a China em condições similares indicam que a Grã-Bretanha Global representa uma nova forma do Reino Unido se reafirmar como uma grande potência e como uma das lideranças ocidentais na oposição aos anseios político-territoriais da Rússia e da China.

* João Vitor Tossini é doutorando em Relações Internacionais pelo PPGRI San Tiago Dantas (UNESP, UNICAMP, PUC-SP).

Imagem: O HMS Defender da Royal Navy. Por: Royal Navy/Defence Images/Wikimedia Commons.

 

Referências

BEALE, Jonathan. HMS Defender: Russian jets and ships shadow British warship. British Broadcast Corporation (BBC). 23 June 2021. Disponível em: <https://www.bbc.com/news/world-europe-57583363> Acesso em: 8 jul. 2021.

BROWN, David. The Development of British Defence Policy: Blair, Brown and own and Beyond. Burlington, VT: Ashgate Publishing Company, 2010.

EGGERT, Konstantin. Opinion: Why Putin and NATO are facing off on the Black Sea. Deutsch Welle. 24 June 2021. Disponível em: <https://www.dw.com/en/opinion-why-putin-and-nato-are-facing-off-on-the-black-sea/a-58038554> Acesso em: 10 jul. 2020.

ADAMS, Paul. Classified Ministry of Defence documents found at bus stop. 27 June 2021. British Broadcast Corporation (BBC). Disponível em: <https://www.bbc.com/news/uk-57624942> Acesso em 12 jul. 2021.

ALLISON, George. British Carrier Strike Group to sail through South China Sea. UK Defence Journal. April 28, 2021. Disponível em: <https://ukdefencejournal.org.uk/british-carrier-strike-group-to-sail-through-south-china-sea/> Acesso em: 15 jul. 2021.

GARDNER, Frank.  HMS Defender: What will be the fallout from Black Sea incident? British Broadcast Corporation (BBC). 23 June 2021. Disponível em: <https://www.bbc.com/news/world-europe-57589366> Acesso em: 8 jul. 2021.

NATO. Brussels Summit Communiqué: Issued by the Heads of State and Government participating in the meeting of the North Atlantic Council in Brussels 14 June 2021 Press Release 086, Issued on 14 Jun. 2021. Disponível em: <https://www.nato.int/cps/en/natohq/news_185000.htm?selectedLocale=en> Acesso em 13 jul. 2021.

MEDITERRANEAN interlude – the Carrier Strike Group on its defence diplomacy mission. Navy Lookout. July 5, 2021. Disponível em: <https://www.navylookout.com/mediterranean-interlude-carrier-strike-group-on-defence-diplomacy-mission/> Acesso em 8 jul. 2021.

TOMS, Bate C. Britain and Ukraine unveil new strategic partnership. Atlantic Council. 13 Oct. 2020. Disponível em: <https://www.atlanticcouncil.org/blogs/ukrainealert/britain-and-ukraine-unveil-new-strategic-partnership/> Acesso em: 10 jul. 2021.

UNITED STATES. US Navy. U.S. Sixth Fleet announces Sea Breeze 2021 participation. 21 June 2021. Disponível em: <https://www.navy.mil/Press-Office/News-Stories/Article/2664699/us-sixth-fleet-announces-sea-breeze-2021-participation/> Acesso em 8 jul. 2021.

UNITED KINGDOM. Ministry of Defence. Defence Secretary welcomes Ukraine receiving NATO Enhanced Opportunity Partner status. Published 12 June 2020. Disponível em: <https://www.gov.uk/government/news/defence-secretary-welcomes-ukraine-receiving-nato-enhanced-opportunity-partner-status> Acesso em: 13 jul. 2021.

UNITED KINGDOM. Integrated Review of Security, Defence, Development and Foreign Policy. CP 403. Presented to Parliament by the Prime Minister by Command of Her Majesty. 16 March 2021.

UNITED KINGDOM. Ministry of Defence. UK signs agreement to support enhancement of Ukrainian naval capabilities. 23 June 2021a. Disponível em: <https://www.gov.uk/government/news/uk-signs-agreement-to-support-enhancement-of-ukrainian-naval-capabilities> Acesso em: 10 jul. 2021.

 

Dicionário de Segurança e Defesa

O GEDES comunica a publicação do Dicionário de Segurança e Defesa, uma obra que reúne verbetes analíticos sobre os principais temas relacionados à área de segurança e defesa internacional.

Organizado por Héctor Luis Saint-PierreMarina Gisela Vitelli, o livro foi publicado pela Editora Unesp em duas versões:

-Digital: Download gratuito no link: http://editoraunesp.com.br/catalogo/9788595463004,dicionario-de-seguranca-e-defesa?fbclid=IwAR1CGr6keJ6bTjnElSqpbr77dIaHbS6py9os-yURByAazEjARKFe1qdb47s

-Impressa: Disponível para compra no site da editora: http://editoraunesp.com.br/catalogo/9788539307531,dicionario-de-seguranca-e-defesa?fbclid=IwAR3c1LS84oyX1vRBICpE1mJExPqm_I4VatXVQQ5fUmwpLWS4ZSEBI-f-dsg).