Prospectiva Latinoamericana: elecciones, multilateralismo y fútbol

Trabajar en prospectiva ya es algo desafiante, ¿se puede delinear el futuro?, complejo. Pero hacerlo en América Latina es mas desafiante aún, y no es algo solo cultural, contribuye también la débil institucionalización que caracteriza al continente. Tierra de donde lo mas seguro es que quien sabe. Rene Zavaleta lo resumía con su sabia afirmación de que “en América latina la eternidad es muy breve”.
El final del primer semestre abre un abanico de posibilidades que incidirán con fuerza en el devenir próximo. En esta entrega asumiremos tres temas: el cierre de las campañas electorales en Colombia y México, las dificultades del multilateralismo regional y no podía faltar, lo que mas interesará a millones de latinoamericanos a partir del 14 de junio: el Mundial de Futbol.
El cierre de campaña en Colombia y México.
Pasaron a segunda vuelta el derechista Iván Duque, con casi el 40% de los votos, seguido de Gustavo Petro, candidato de centro izquierda que obtuvo un 25%, muy cerca de él quedo el ex gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo con votación muy parecida. Fajardo lidero las preferencias hasta hace pocos meses y se vio sobrepasado por los dos ya mencionados.
Dato interesante es que tanto Duque como Petro ganaron sus postulaciones en sendas primarias de sus respectivos sectores. No así Fajardo que no aceptó el llamado de los liberales de concurrir a una consulta de las fuerzas de centro. ¿Moraleja? Las primarias parece que ayudan: movilizan bases, permiten dar a conocer a los candidatos a la ciudadanía, hacer una virtual precampaña, y sobre todo, reclutar “infantería”. Lección que también entregaron las pasadas elecciones chilenas cuando los entonces partidos oficialistas se negaron a realizar una primaria.
La segunda vuelta es una moza joven en la política colombiana. Y en sus cortos años demuestran que es buena latina: poco predecible. Veamos.
En las elecciones presidenciales del 2010, votaron en la primera vuelta 14.7 millones de ciudadanos, que representaron el 49.2% del padrón. Algo habitual en la política colombiana que siempre ha tenido una baja participación. Pero en la segunda vuelta votaron menos: 13.2 millones, con un 44.3%. El presidente Juan Manuel Santos, con el apoyo de liberales, el llamado partido de la U y con el tremendo apoyo del saliente presidente Alvaro Uribe, obtuvo mas de 9 millones de votos, aplastando a su centrista rival en segunda vuelta, Antanas Mockus.
La cosa fue distinta cuatro años mas tarde, para reelegirse el presidente Santos tuvo que enfrentar la fuerte oposición del derechista Oscar Iván Zuloaga quien gano la primera vuelta. En la primera vuelta votaron 13.2 millones de colombianos, pero en la segunda fueron a votar 15.7 millones lo que representó el 47.8 % del padrón.
Santos esta vez descendió a cerca de 7.800.000 sus electores, pero le basto para derrotar a Zuloaga. Las negociaciones de paz con las FARC fueron uno de los epicentros del debate.
Hoy en día, en la primera vuelta votó mas del 53% de los inscritos, 19.6 millones de ciudadanos, de un total de inscritos de 36.7 millones. Es decir, subió el nivel votación, aunque el porcentaje sigue siendo bajo.
Duque logro 7.5 millones de sufragios, Petro 4.8. La gran pregunta es por quienes votarán –o si votarán- los cerca de 6.5 millones de colombianos que optaron por candidatos que no pasaron a segunda vuelta. Interesan en especial los cerca de 4.5 millones de votantes que lo hicieron por Fajardo, en teoría mas afines a Petro que a la derecha.
Después de la primera vuelta, los principales partidos tradicionales ha declarado su apoyo a Duque, incluido los liberales, hasta hace poco, acérrimos opositores al uribismo. Su líder, el ex presidente Gaviria, reconocía que a veces la política no es consistente.
Por su parte, Petro ha obtenido el apoyo mayoritario de los Verdes y de sus ex camaradas del Polo Democrático. Tanto Duque como Petro tratan de desarmar a los principales fantasmas de los que los acusan. Petro promete que no convocara a una Asamblea constituyente (que suena mucho a chavismo) y Duque por su parte promete que no cambiará radicalmente los términos del proceso de paz.
En la campaña, en sus dos vueltas, ya no está el tema de la guerra, de qué hacer con las FARC. Era un tema real en las décadas pasadas. Han sido reemplazadas por la pos verdad. La derecha azuza el fantasma del “castro-chavismo” y que de ganar Petro se vendría otra Venezuela, algo muy sensible en Colombia. La izquierda por su parte agita con el retorno del paramilitarismo y el incremento de la corrupción.
Una lectura con los datos de hoy, auguran una victoria para Duque, pero también una fuerte votación de la izquierda. Si los apoyos ofrecidos se concretan, Duque tendría también mayoría parlamentaria, con un gran bloque donde estarían los conservadores, los liberales, los uribistas, la gente de German Vargas y lo que queda de santismo. No es poca cosa. Sería un gobierno fuerte. Pero enfrentaría una sociedad polarizada.
Si la participación electoral se mantiene, nos hablaría de una nueva Colombia: mas urbana que rural, mas participativa y mas independiente de los caudillos locales (“la maquinaria” como llaman en Colombia). ¿Cuanto de eso tiene que ver con una población mas joven? ¿Mas informada? ¿Mas en redes?
Veamos la campaña mexicana.
Aquí hay mas claridad electoral (otra cosa será la realidad de poder pos elecciones).
Andrés Manuel López Obrador crece día a día en casi todas las encuestas, a su vez, todas colocan en segundo lugar al frentista Anaya y lejano en tercer termino al candidato apoyado por el PRI (no es militante) José Antonio Meade. AMLO gana en casi todos los Estados de la Republica, mas allá de sus tradicionales bastiones de la capital y del sur.
Se estaría produciendo un efecto de apuesta por el caballo ganador, y lo que queda de bases del PRD se estarían trasvasijando con entusiasmo a Morena, el partido de AMLO. Algo parecido sucedería con buena parte del voto priista en provincias.
Además de la debilidad de sus competidores, AMLO se fortalece en primer lugar por la trasparencia que exhibe, en un medio donde la corrupción ha ido de la mano de la política. Además, tiene opositores que terminan favoreciéndolo: cada vez que Trump dice una salvajada contra los inmigrantes, indigna a la sociedad mexicana. Recientemente, grandes empresarios han manifestado públicamente su oposición al triunfo de Morena.
Si el resultado electoral esta cantado, al menos a nivel presidencial, otra cosa serán las parlamentarias, se abrirá una nueva fase: el largo periodo entre el primero de julio y la toma de posesión en diciembre.
Este virtual semestre de gobierno electo, que perdura desde los tiempos del “carro completo” priista, le permitía al nuevo presidente negociar, acomodar, auscultar, el amplio abanico del entonces partido de estado. Las diferentes tribus se acomodaban tras el liderazgo del nuevo Tlatoani.
Pero ahora estamos en otros tiempos, ya no hay partido de estado y tenemos un maltrecho pero real sistema de partidos. El presidencialismo de antaño se ha debilitado en aras de la democracia, pero el resultado ha sido la autonomía relativa de los gobernadores, que a menudo conforman un transversal Comité Central de Gobernadores que negocian con el Ejecutivo lo mas sagrado del sistema: el Presupuesto de la Federación.
Cuadrar la caja en México no es fácil, bueno, casi en ninguna parte es fácil -exceptuando regímenes como Corea del Norte- pero convengamos que en algunos casos es mas difícil.
Otro tema no menor para la nueva administración serán sus relaciones con los EEUU. En especial, lo referido a la renegociación del TLC. Es obvio que después del primero de julio, la administración de Peña Nieto tendrá que considerar la opinión del gobierno electo. Y este es un punto central en esa negociación.
No solo serán complejas sus relaciones con los EEUU, como señalábamos, al interior de México deberá construir algún nivel de entendimiento con el empresariado. AMLO posee varias cartas para ello, pero una de las principales son los oficios de Alfonso Romo, empresario regiomontano que lo acompaña a todas desde hace años. Y como señal a la comunidad internacional ha dicho que piensa en la actual ejecutiva de CEPAL, Alicia Bárcena, como su embajadora ante la ONU.
Así, salvo imprevistos, el “Peje” será el próximo presidente de México, y probablemente sea uno de los sexenios en el cual las expectativas serán mayores que nunca.
De este modo, un eventual triunfo de Iván Duque en Colombia va a ser interpretado por muchos como la consolidación del fin de la era izquierdista de América latina, pero AMLO desmentirá esta tendencia pocas semanas después. ¿Conclusión? América morena seguirá siendo imprevisible y diversa.
La bancarrota del multilateralismo regional
Un experimentado internacionalista regional comentó una vez que no había nada mas resistente que un organismo internacional latinoamericano. Cuando uno no funciona, es superado por la historia o las circunstancias, entonces, los latinoamericanos, creamos otro organismo, pero… mantenemos el anterior. Así, se van sumando como capas geológicas uno tras otro, construyéndose de este modo un abanico de organizaciones que se superponen en sus atribuciones aunque permitan mostrar los matices en lo cual la región es muy generosa.
Tenemos un organismo hemisférico septuagenario, la OEA, surgida en tiempos de pos guerra y que tiene una historia que va desde apoyar la invasión a Santo Domingo en 1964 hasta invitar a Cuba a volver a su seno. Es el espacio en el cual los latinos y caribeños pueden dialogar directamente con EEUU y Canadá. Hace algunos años surgió la CELAC, que la componen solo los latinos y los caribeños, y no están los países “OTAN”.
Cada subregión posee su propia organización, aunque en algunos casos además de la concertación política, se proponen mecanismos y rutas de integración: Caricom, SICA. Y esta UNASUR, mas reciente, que emerge como formula de concertación política dejando los afanes económicos a otros organismos mas especializados, desde la ALADI, hasta los pactos como Mercosur y la Alianza del Pacifico, ambos acompañan a un organismo que subsiste pese a los vaivenes del tiempo como es la Comunidad Andina, que inclusive tiene su parlamento, que carece de imperio, pero posee un gran edificio en Bogotá.
Que decir de las Cumbres, pero bueno eso es otra historia. La validez de los organismos se reflejan en momentos de crisis, y desde hace rato las principales crisis de la región han sido resueltas por organismos ad hoc: las guerra centroamericanas tuvieron la mediación del llamado Grupo Contadora y los Acuerdos de Esquipulas, la guerra de Ecuador y Perú tuvo la facilitación de los países garantes del Protocolo de Rio, Malvinas se resolvió militarmente, la paz colombiana fue producto de un diálogo directo con el acompañamiento de Cuba y Noruega apoyados por Venezuela y Chile, en fin.
Hoy el desafío principal esta en la crisis venezolana que ya desborda sus fronteras vía migración. Los organismos multilaterales han tomado partido en vez de construir una solución. El pacto social venezolano se resquebrajó y la economía que decir. El resultado es que no hay consenso entre sus principales actores políticos, la oposición dividida no logra construir una formula de salida y el gobierno no logra convencer mas allá de su partidarios de que posee la legitimidad estatal.
En el horizonte se avizora una gran dificultad: la persistencia de la crisis venezolana sin solución política, que en el segundo semestre coexistirá con la instalación de un gobierno de derecha en Colombia que no oculta sus simpatías con la oposición venezolana.
En este cuadro, lo que se observa es que la polarización venezolana termino polarizando a los organismos multilaterales, cuando la lógica diplomática indica que estos últimos deberían haber trabajado en una solución política. Una de las explicaciones radica en la utilización del tema Venezuela en la agenda doméstica, especialmente en tiempos electorales: así el fantasma del “castro chavismo” ha sido la pos verdad con la que se pretende acorralar a Gustavo Petro y a AMLO , en Chile a fines del año pasado se acuño el termino “Chilezuela”.
La proyección es que los organismos multilaterales seguirán en su abanderización, la OEA será el espacio para el llamado Grupo de Lima, y la CELAC lo será para los países del ALBA. UNASUR esta neutralizado. Lo peor, es que en ausencia de una solución política se abre el espacio para una solución de fuerza. El pacto social resquebrajado y los principales actores políticos en lógica de exclusión del otro, solo llevan a incrementar la polarización.
Pero no es todo, la hiperinflación desestabiliza mas que la oposición. Las cifras ya no dan cuenta de la desarticulación cotidiana. Curiosamente, las presiones de EEUU contra Irán por el programa nuclear han afectado a su comercio petrolero, lo que explicaría el alza del crudo y la consiguiente alza de divisas para los países exportadores, entre ellos Venezuela. SIC.
Un estallido social no es un horizonte lejano, de desencadenante mas socio económico que político, tipo Caracazo, ¿quién podrá imponer orden en esa situación?
La pausa mundialera
Tomemos nota, miremos el calendario y veamos como se vienen los partidos del mundial y esos días no se podrá programar nada serio en nuestra región. Ocho países concurrirán a las estepas rusas: México, Costa Rica, Panamá, Colombia, Perú, Brasil, Argentina y Uruguay nos representarán en la principal fiesta deportiva. Tres de cada cuatro latinos tendrá a su selección en el mundial. Se suspenderá la lucha de clases y muchas otras cosas mas.
Dos países estarán en campaña electoral o saliendo de ella. El mundial de Rusia arrancara el 14 de junio y durara hasta mediados de julio. Los colombianos van a segunda vuelta el 17 y los mexicanos elegirán a su presidente el 1º de julio. Los brasileños tienen elecciones en octubre así que verán tranquilos el mundial, tregua nacional.
Para la mayoría de las elites políticas será una pausa de casi un mes que será dominado por las hazañas de nuestras selecciones. En algunos países se demoró demasiado, quizás para la administración Macri lo mejor hubiera sido resistir los vaivenes del dólar hasta el mundial, quien sabe. El inseguro presidente Vizcarra verá como bendición esta pausa. No cabe duda que al gobierno nicaragüense le pesara no haber calificado al mundial en estos días.
Y ese es otro efecto, los que no calificaron no tendrán este tsunami comunicacional futbolero y su agenda proseguirá con todos sus altibajos: Evo Morales tendrá que explicar mejor a su ciudadanía la inauguración y sobre todo el costo del nuevo palacio de gobierno, suite presidencial incluida, amen de enfrentar la protesta de su otrora sólido bastión de El Alto. Las maras en Centro América no tendrán distractivos mayores y el movimiento feminista chileno y los estudiantes, seguirán poniendo a prueba la capacidad de maniobra del gobierno de Piñera quien trata de instalar su agenda. Los guaraníes tendrán cambio de mando y en Ecuador el presidente Moreno persistirá en el nuevo rumbo que lo diferencia cada vez mas de la herencia del ex presidente Correa.
A modo de conclusión
Los días que se vienen son fiel reflejo de los dichos de Zavaleta, la eternidad es muy breve en América Latina: poder, futbol, crisis son los contenidos de la coyuntura por venir, pero ese futuro inmediato se construye hoy.
Los eventuales triunfos de Duque y AMLO serán arrasados por el festival mundialero, pero como los EEUU no vibran con el balompié como el resto, es probable que las señales que de allí emerjan mantengan su ritmo y su rumbo de inquietud para empresarios, migrantes y diplomáticos latinoamericanos. Si el proteccionismo abre paso a retaliaciones comerciales no serán tiempos fáciles, asimismo la dureza en el tema de migración puede acentuarse con ocasión de las elecciones parlamentarias estadounidenses de fin de año. Lo mas inmediato: el TLC de América del Norte.
En el caso de la crisis venezolana y los organismos multilaterales, es evidente que si se lograse construir un camino de dialogo para superarla, ese camino surgirá o de un mecanismo ad hoc (una especie de Grupo Contadora) o de Naciones Unidas, o alguna de sus agencias.
Santiago de Chile
5 de junio de 2018
Gabriel Gaspar fue viceministro de defensa de Chile, embajador en Colombia y embajador plenipotenciario para America Latina.
Imagem: A Grande Mão e o Salão de Atos (Memorial da América Latina). Por: paulisson miura.

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